lunes, 9 de julio de 2012

El sueño nigeriano se extiende hasta Londres (88-73)




Ninguna quiniela les tenía en cuenta. Nadie imaginaba que Nigeria pudiese materializar el potencial. Y menos tras perder en su debut en el torneo, ante Venezuela. Luego, una victoria inesperada ante Lituania, dejar a Grecia en el camino en cuartos de final y reponerse de la derrota ante Rusia para romper en risas y llanto (todo a la vez) en el Poliedro de Caracas. Nigeria obtiene el último billete para Londres tras derrotar a una República Dominicana (88-73) inconsistente, que incurría en múltiples errores y era incapaz de explotar la calidad de sus estrellas. Nigeria es, oficialmente, la nueva y querida cenicienta.


Cara a cara, se batían dos de los grandes animadores del Preolímpico. Los nigerianos con su espíritu incorruptible y su derroche físico; los dominicanos, con su liturgia pre y post partido y la pasión de varios de sus jugadores sobre la cancha.

Los dominicanos habían empezado con enorme seriedad (8-16), aunque poco tardaron los hermanos Aminu en empezar a castigar con su agresividad y capacidad atlética las pérdidas de balón de los americanos. Aunque John Calipari trató de parar la racha africana con un tiempo muerto, la defensa de los nigerianos les permitía acabar de dar la vuelta en el marcador (17-16) e irse por delante al término del primer periodo (24-18).

Las rotaciones de Calipari eran incapaces de anotar; tenía que ser el quinteto inicial (Coronado-García-Báez-Martínez-Horford) el que llevara todo el peso del equipo. Mientras Nigeria anotaba con relativa facilidad, encontrando huecos para penetrar (saliendo airoso por su capacidad para lanzar contra el oponente o rectificar en el aire) o lograr lanzamientos relativamente librados. En el otro lado, Dominicana, que se colocaba en zona para frenar sus problemas defensivos, se encomendaba a la batalla interior de Jack Michael Martínez (15 puntos y 7 rebotes al descanso). Todo ello insuficiente, pues Nigeria continuaba dominando: 47-39 al descanso.

A diferencia del juego que le venía caracterizando durante el Preolímpico –más basado en estallar en escasos minutos–, Nigeria estaba dominando a su rival, que empezaba a ser presa de la desesperación por no recortar en el marcador (55-43). En escasos minutos, República Dominicana logró neutralizar la diferencia (55-54), de la mano del mejor Eulis Báez, actuando como ala-pívot.

El 59-57 con el que empezó el último periodo daba buena cuenta de la igualdad que había aterrizado en el coliseo venezolano. Aunque un 5-0 de inicio obligaba a Calipari a tirar de un temprano tiempo muerto. Dominicana seguía remando, siempre por detrás, pero manteniendo posibilidades, aunque castigada constantemente por Ike Diogu. Tocado por la infalibilidad, se convertía en el hombre al que darle los balones.


Con 75-68, los americanos experimentaban un momento crítico: necesitaban anotar. Y lo hizoFrancisco García, para seguir en el partido, aunque sus errores seguían condenándoles (78-70). Sus errores y Diogu, que sumaba sin cesar (25 puntos y 10 rebotes). García intentaba echarse el equipo a la espalda, pero resultaba insuficiente. Nigeria penalizaba ampliamente cada hueco defensivo, rebote largo o pérdida de balón. Y la República Dominicana jugaba acelerada por el hándicap en el marcador... El 82-73 con el que se entraba en el último minuto era ya definitivo. El sueño nigeriano se extendía hasta Londres.


ACB.COM

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